Triste aniversario para los arrendatarios franceses
La aplicación del derecho a la vivienda oponible todavía nos queda lejos. Esta ley, que se votó a toda prisa durante la campaña electoral, debería permitir el acceso a una vivienda a aquellos que pertenecen a la categoría de solicitantes prioritarios, los SDF, los sin techo. Los objetivos esperados no se han alcanzado y durante el procedimiento se han ido multiplicando los obstáculos por culpa de los candidatos según su reconocimiento de prioridad.
La ofensiva contra el sector de las viviendas de protección oficial se acentúa de diferentes formas. Debido al rigor presupuestario impuesto a varios sectores y en compensación a la reducción fiscal acordada en otros, la suma invertida en la construcción social disminuye en el 2008. Las demoliciones de inmuebles de viviendas antiguas continúan sin ser compensadas con operaciones de construcciones equivalentes. El “plan banlieu” (plan periferia) de la Secretaria de Estado, que se encarga de la política de la ciudad, no es un catálogo de medidas puntuales. Los organismos que construyen HLM1 (viviendas de protección oficial) se han visto obligados a vender un 1% de sus viviendas. Las listas de candidatos y los detalles de atribución de este tipo de viviendas se alargan. Debido a la reforma de la cartilla A de ahorro, cuya recaudación se usaba para financiar la construcción de este tipo de viviendas, los gastos de reembolso de los préstamos de los constructores sociales no van a dejar de aumentar, lo que conllevará el aumento del alquiler. La ordenación general de los alquileres HLM está de actualidad, ya que con el pretexto de tener en cuenta algunas ventajas medioambientales, debería generar aumentos.
El decreto que prevé el alargamiento de la lista de gastos recuperables de los arrendatarios y de sus alquileres, y el aumento del precio no tardarán en llegar. De momento se han votado la bajada del límite de ingresos mínimos exigidos para obtener una vivienda HLM y el aumento del suplemento del alquiler.
A las evoluciones negativas de los arrendatarios del sector del HLM y a los del sector privado se les unen los efectos del aumento de los precios, como la energía que se consume en calefacción, los productos de consumo habitual y la degradación del poder de adquisición.
El derecho a la vivienda está hoy, más que nunca, al orden del día. Se confirma la vieja tendencia de concentrar todos los esfuerzos de solidaridad nacional en el derecho a la vivienda para los más pobres, a costa de los que no lo son tanto. La “guetoización” de los barrios y los inmuebles HLM se acentúa. La política social de la vivienda ya no es sólo una política de vivienda social y la lógica del mercado se impone día a día cada vez más.
¡Se trata de un triste aniversario el que celebra el nuevo presidente y su gobierno!
Jacquy Tiset
Confederación Nacional de la Vivienda
1 Habitation à loyer modéré