Khimki vs. Vinci y Putin
Los habitantes de Khimki, cerca de Moscú, acampan desde hace una semana para impedir a la firma francesa Vinci la construcción de un tramo de carretera que destruiría el bosque. El proyecto está sustentado por el Primer Ministro Vladimir Putin pero se gana la ira de los habitantes de Moscú y alrededores. El movimiento para defender el bosque de Khimki conduce la lucha contra este proyecto ecológicamente devastador desde hace más de dos años. Una nueva batalla comenzó el 15 de julio último con la deforestación inesperada de siete hectáreas, en los alrededores del aeropuerto internacional de Sheremetevo.
Al día siguiente, los defensores del bosque organizaron un campamento de resistencia y levantaron barricadas para impedir la tala de árboles. Una cincuentena de militantes del movimiento por el bosque de Khimki y otras asociaciones ecologistas de habitantes de Moscú y de las afueras se turnaron día y noche para vigilar la obra. Consiguieron frenar sensiblemente el ritmo de la deforestación, exigiendo a los obreros y a sus jefes pruebas de autorizaciones legales indispensables para la tala de los árboles del cinturón verde de la capital.
Su resistencia se enfrenta rápidamente a contraataques organizados, según los defensores del bosque, por los promotores del proyecto.
El 16 de julio, Evguenia Tchirikova, líder del Movimiento por el bosque de Khimki fue agredida por un desconocido que salió de un Jeep, aunque contaba con custodia en el campamento. Inmediatamente hace la denuncia a la policía. Y se escucha decir: “Dinos más bien quién te paga y cuánto para realizar tal tarea”.
En la madrugada del 16 al 17 de julio un tractor arde. Los defensores del bosque denuncian una provocación. Las autoridades acusan a los militantes ecologistas.
El 22 de julio una cincuentena de militantes se reúne frente a la Casa de gobierno de la Federación Rusa, varios de ellos llevando troncos de árboles, símbolo de la tala ilegal del bosque de Khimki. En las cercanías a la Casa blanca, cinco personas son arrestadas, las otras se dispersan. Sin embargo, una delegación consigue transmitir a los servicios de secretaría del Primer Ministro Vladimir Putin una petición pidiendo un cambio del trazado de la carretera y la interrupción de la deforestación.
En la madrugada del 22 al 23, unos jóvenes enmascarados llegan al lugar del campamento e intentan agredir a los defensores del bosque. La policía, llamada al lugar del conflicto, ataca a los defensores de la causa ecologista.
El 23 de julio, luego de una irrupción masiva de la policía, casi la totalidad de los participantes del campamento fueron detenidos. “El bosque fue limpiado de sus defensores”, comenta el acontecimiento Sergueï Udaltsov, del Comité de habitantes de Moscú, él mismo detenido.
“Ésta no es nuestra última batalla”, declara Evgenia Tchirikova. “Peleamos desde hace dos años ya, no nos vamos a detener ahora” el problema, según ella, es que el proyecto está sustentado por autoridades federales y es el resultado de tantos sobornos que hoy parece difícil darle marcha atrás”.
“No estamos contra la carretera”, además precisa Evgenia “sino que queremos un trazado diferente que no pase por el bosque. Necesitamos una carretera que no mate nuestros pulmones, que no destruya el cinturón verde de Moscú”, prosigue.
Carine Clément
La obra del siglo
Vinci Concessions obtuvo un contrato de mil millones y medio de euros para la construcción del primer tramo de 43 kilómetros de la autopista de peaje Moscú- San Petersburgo.
La Agencia Federal de Rutas (Rosavtodor) está a cargo de la obra.
La luz verde la dio el gobierno en noviembre de 2009 por medio de la aprobación de un fallo, bajo la firma de Vladimir Putin, el cual transforma en tierras explotables a 145 hectáreas del bosque protegido de Khimki.
Перевод этого текста выполнен добровольцем из группы за жилищные права без границ МСЖ: