Habitantes desalojados de sus hogares con gas en Moscú

Pero refresquemos la memoria para comprender la situación. El inmueble pertenecía originalmente al estado, dependía de la fábrica textil « Smena » que alojaba a sus empleados. Al inicio de los años 90, el gobierno moscovita ha alojado a los refugiados de las diferentes guerras de la Ex- República Soviética, especialmente los de Abakhazie y Azerbaiyán. En 1994, el inmueble fue ilegalmente privatizado por la fábrica « Smena ». Después de la quiebra de ésta, el inmueble fue otorgado al Servicio Federal de la policía de Moscú, sin tomar en cuenta a sus habitantes. A pesar de ser un gran número de habitantes, aproximadamente más de 132 familias que habitan el inmueble desde 1979, cuando « Smena » pidió ayuda a la mano de obra regional. A estas familias que habitan el inmueble desde hace más de 30 años (en un principio temporalmente), se han unido 16 familias de refugiados llegados al inicio de los años 90. Estas personas tienen el derecho formal de habitar el inmueble, pero en realidad son inexistentes, borrados de la lista, vendidos y comprados como simples muebles junto a los locales.

Esta jugada concierne millones de habitantes en toda Rusia, víctimas del nuevo Código de Inquilinato y de medidas ilógicas e inhumanas del mercado inmobiliario. Sin embargo, el inmueble de Iasni Proezd es conocido en todo el país por ser el lugar en donde se ha iniciado la lucha de habitantes por defender el derecho a la vivienda a inicios del 2005.

Los primeros habitantes de esta residencia se han organizado en comité de habitantes y han hecho llamados por toda la ciudad y por todo el país para que los habitantes de las residencias pudiesen alzar sus voces. Es después de numerosas manifestaciones y jornadas de acción interregionales que la situación precaria de los habitantes de las residencias han llamado la atención del gobierno que ha reconocido oficialmente en el año 2006, el derecho de los habitantes de las residencias a ver protegido su derecho a la vivienda permanentemente con la condición de que la residencia fuese de propiedad municipal. La mayoría de las residencias fueron ilegalmente privatizadas en los años 90, a espaldas de sus habitantes. A inicio de esta década, cuando los nuevos propietarios quisieron rentabilizar sus inmuebles, era demasiado tarde para actuar, el plazo del recurso de casación había prescrito.

Sin embargo, los habitantes de Iasni Proezd han actuado a tiempo y desde hace algunos años han denunciado la toma ilegal del inmueble de « Smena » por el Servicio Federal de la policía de Moscú. Después del resurgimiento - decisión de justicia a favor de los habitantes, del Servicio Federal, según la composición del jurado – el caso se encuentra aún en tribunales. El Servicio Federal de la policía no tiene un motivo legal para expulsar los habitantes del inmueble, mucho menos de expulsarlos con armas militares

Sin embargo, eso fue exactamente lo que hicieron, el martes 24 de junio, llevaron a cabo la primera irrupción. Primero se presentaron los comisarios de la policía provistos de órdenes de expulsión expedidas por los tribunales, la medida involucraba sólo seis personas que eran refugiados que no disponían de documentos legales en la residencia, pero que vivían con su familia. Una vez que se constató que vivían con niños de corta edad a su cargo y que los niños no se mencionaban en la orden de expulsión, los comisarios se retiraron. Sin embargo, inmediatamente llegaron una centena de hombres, empleados del servicio de policía y sin lugar a dudas bandidos contratados para hacer el trabajo sucio. Entraron por las escaleras de emergencias del tercer piso (donde se encuentran la mayoría de los refugiados) bloquearon las puertas de acceso al tercer piso, forzaron las puertas de las habitaciones de los refugiados y golpearon a los habitantes que opusieron resistencia. Los habitantes de los otros pisos del inmueble que acudieron fueron brutalmente apartados. Se llevaron a cabo fuertes peleas, pero al final del día el tercer piso fue desalojado por los habitantes y controlado por el Servicio de policía. Las familias de los refugiados con sus niños y sus enseres domésticos fueron lanzados fuera. El saldo total fue de seis familias.

En la noche del 24 al 25 de junio, la mayoría de las familias de refugiados expulsados, un gran número de habitantes del inmueble así como simpatizantes de la lucha contra los desalojos forzados (en especial, jóvenes políticos militantes y habitantes de otros inmuebles amenazados) han hecho guardia y han pasado la noche reagrupados en el segundo piso, preparados para oponer resistencia frente a un eventual ataque.

La noche pasó tranquilamente y el día siguiente, cerca del mediodía, los habitantes y sus simpatizantes decidieron tomar posesión de las habitaciones del tercer piso. Sergeï Mitrokhin, diputado del Concejo Municipal de Moscú y nuevo presidente del partido Iabloko, llegó en ese momento para brindarles su apoyo. Motivados por su presencia y la de las cámaras de televisión, los habitantes forzaron las puertas del tercer piso y los refugiados tomaron nuevamente posesión de sus hogares. No por mucho tiempo…al finalizar la tarde, las tropas del servicio de policía llegaron con sus refuerzos y lanzaron un segundo ataque, aún más brutal que el anterior. El tercer piso fue rápidamente evacuado e intentaron atacar el segundo piso en donde los residentes y los militantes se encontraban atrincherados. El Servicio de Policía hizo uso de bombas lacrimógenas. Numerosos habitantes, sobretodo niños y mujeres, fueron golpeados. Pero el segundo piso resistió. Y ha resistido unos días más. Los militantes ayudaron a los residentes, pero las salidas fueron bloqueadas por las tropas de asalto de la policía y estos fueron golpeados y arrestados bajo el pretexto de « alterar el orden público ». Ellos pasaron la noche en la estación de Policía. Sergeï Mitrokhin y otros. Pero, sobretodo porque el cinismo las luchas ha alcanzado el punto más álgido. Las víctimas han sido los refugiados. Mientras que otros habitantes « ordinarios » esperan su turno a pesar de habitar la residencia después de decenas de años para obtener viviendas sociales, prometidas por el Estado, pero nunca logradas. El Servicio Federal de policía está autorizado a emplear la fuerza contra los habitantes pacíficos para mantener el orden dentro de las prisiones, violando así todas las leyes y decisiones jurídicas.

Cuando el carcelero emplea los métodos del prisionero para expulsar los habitantes indeseables en un inmueble que ellos desean…